no había oído hablar
de la representación fiel
que algunas personas pudieron hallar en palabras.
estábamos tan equivocados creyéndonos espinas de algún hermoso jardín.
jugando a cambiarnos las almas y a obsequiarnos la piel.
enfermamos. tal vez enfermé de mí.
pero mentía... mentía porque la soledad compartida duele menos.
ahora el silencio no sabe hallar las palabras que dejé sobre tu cama,
y me enmudece una voz interna que camina hacia el desierto.
tu pobre nombre enloquece.
el destino y mis palabras lo dejaron solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario