No me explico las palabras que no saben significar el sentimiento. Que lo generalizan, que lo callan, que lo mienten.
Palabras que se dicen sin revolución, son palabras muertas.
He aprendido a callarme las mentiras e idealizar la verdad.
Todos estamos muertos. Sólo sentimos la piel, la esfera.
Ya no puedo gobernar mi mente, que busca sangrar y redimir. Se victimiza ante mí; me miente. No puedo caminar desnuda sin conocer mi verdad que resplandece en el engaño.
Aprendí a creerme sabiendo que es improbable. Aprendí a vivir de mi reflejo.
Quiero esa revolución fuera de mi cama. Quiero saber que esos ojos no me mienten; que no estoy sola, que no voy a estarlo…
1 comentario:
La autora, expresa estados profundos del ser con una fuerte e inmediata articulación de palabras, que resulta tan atrayente como directo.
Entender el sentido de la creación del texto es simplemente participar de una fracción de sensaciones y pulsiones, que se desprenden con eficaz naturalidad, del espacio mas reservado de la autora, su alma.
Cada texto es un universo, un instante reflexivo y catártico que excede la dimensión real del tema propuesto, dejando espacio a la forma, a la estructura que invariablemente nos somete a la sensación de un corto y fugaz viaje al interior caótico de cada uno.
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