viernes, 20 de julio de 2007

Aglutinados

Y si digo que no tengo amigos mis amigos van a golpearme. Y me van a dejar sola.
Y no quiero estar sola. Primero la soledad, y después la angustia. La angustia avasallante que devela el miedo de morir. Y la muerte estrepitosa que se apropia de mis miedos, y los legitima.
¡Cómo mienten los años primeros en virtud de la grata inocencia! Y la madurez nos recibe con desengaños. Mentiras en roca que se quiebran a luz del amanecer del un mal sueño fraudulento. La insoportable edad razonable en que se mecen los sueños del ayer para agraviar el dogma y asignarle el genocida cuestionable del no ser.

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