Esperarías el duelo de lo efímero. Tan insensato, tan distraído. Asignándole cualidades sobrenaturales a la mentira que creamos para ser.
Esperarías, aún más, en tu insolencia, el retorno a lugares inaccesibles, que sucumben bajo el fuego inmutable de las palabras que quedaron por pronunciar.
Esperarías, tal vez, esa rosa en mis mejillas, cuando la ternura desbordante me hacía mirar sin esperar que algún cielo tan mezquino hiciera obscenidad de su luz.
Esperarías una palabra que condicione. Una mirada que apure. Una sonrisa que mienta.
Esperarías, quizá, si esperas, que guarde un recuerdo perfecto, entrañable, al que acuda simplemente cada vez que perciba en el nuevo hombre la ausencia del amor.
"...esta mañana, a las ocho y cuarto, cuando salí del hotel Printania para ir a la biblioteca, quise levantar un papel que había en el suelo y no pude. eso es todo, y ni siquiera es un acontecimiento. sí, pero para decir toda la verdad, me impresionó profundamente: pensé que ya no era libre... "
lunes, 30 de julio de 2007
sábado, 28 de julio de 2007
Estados de ánimo
No quiero el dolor otra vez en mi cama, ni quiero la angustia de tenerte al desaparecer, como una estatua danzante que gime en el imaginario de un supuesto amor real.
No quiero las noches de cuna, en que tus heridas se me adentraban en el alma, y el sollozo era acunado hasta el amanecer, cuando tu mal sanaba, y mi mal comenzaba a gestarse sobre buenos cimientos. ¡Tantos sentimientos enunciados bajo un mismo cuerpo! Regalos de tristeza reinventados por doquier.
¿Entonces será la herida, o será la calma, la negligencia o la sobreprotección la que decida renunciar? Dejemos que el tiempo rememore ociosas tardes, que la distancia haya osado separar. Llámese como se quiera: el final del amor reposa sobre nuestras manos. Cenizas adiestradas para subsistir. Insensata nada se hace aire entre nosotros. Y vos, y yo, en ligera destrucción del puerto al que arribamos en esas noches de brujas en que la soledad se hace amor y el desamparo, muchedumbre.
No quiero las noches de cuna, en que tus heridas se me adentraban en el alma, y el sollozo era acunado hasta el amanecer, cuando tu mal sanaba, y mi mal comenzaba a gestarse sobre buenos cimientos. ¡Tantos sentimientos enunciados bajo un mismo cuerpo! Regalos de tristeza reinventados por doquier.
¿Entonces será la herida, o será la calma, la negligencia o la sobreprotección la que decida renunciar? Dejemos que el tiempo rememore ociosas tardes, que la distancia haya osado separar. Llámese como se quiera: el final del amor reposa sobre nuestras manos. Cenizas adiestradas para subsistir. Insensata nada se hace aire entre nosotros. Y vos, y yo, en ligera destrucción del puerto al que arribamos en esas noches de brujas en que la soledad se hace amor y el desamparo, muchedumbre.
miércoles, 25 de julio de 2007
martes, 24 de julio de 2007
Perturbada
Juegas con mi nombre. No soy. No quiero ser. Quiero practicar en vos una lluvia mezquina, pero intensa. Y tener nada, cuando lo haya tenido todo…
Sonreírte, aunque no desees ver mi sonrisa. Y abrazarte, aunque no desees nuestro abrazo. Porque sos lo que más quiero, y no quiero alcanzarte; sólo rozarte, sólo sentirte.
El tiempo nos separa y tu mirada lo confirma. Tal vez nunca juguemos a mojarnos la piel. Yo espero silenciosa que la brisa nos acerque. Y que seamos la insolencia que solemos criticar. Aberrados, esculpidos, de espaldas al acto esperando el amanecer.
Sonreírte, aunque no desees ver mi sonrisa. Y abrazarte, aunque no desees nuestro abrazo. Porque sos lo que más quiero, y no quiero alcanzarte; sólo rozarte, sólo sentirte.
El tiempo nos separa y tu mirada lo confirma. Tal vez nunca juguemos a mojarnos la piel. Yo espero silenciosa que la brisa nos acerque. Y que seamos la insolencia que solemos criticar. Aberrados, esculpidos, de espaldas al acto esperando el amanecer.
viernes, 20 de julio de 2007
Aglutinados
Y si digo que no tengo amigos mis amigos van a golpearme. Y me van a dejar sola.
Y no quiero estar sola. Primero la soledad, y después la angustia. La angustia avasallante que devela el miedo de morir. Y la muerte estrepitosa que se apropia de mis miedos, y los legitima.
¡Cómo mienten los años primeros en virtud de la grata inocencia! Y la madurez nos recibe con desengaños. Mentiras en roca que se quiebran a luz del amanecer del un mal sueño fraudulento. La insoportable edad razonable en que se mecen los sueños del ayer para agraviar el dogma y asignarle el genocida cuestionable del no ser.
Y no quiero estar sola. Primero la soledad, y después la angustia. La angustia avasallante que devela el miedo de morir. Y la muerte estrepitosa que se apropia de mis miedos, y los legitima.
¡Cómo mienten los años primeros en virtud de la grata inocencia! Y la madurez nos recibe con desengaños. Mentiras en roca que se quiebran a luz del amanecer del un mal sueño fraudulento. La insoportable edad razonable en que se mecen los sueños del ayer para agraviar el dogma y asignarle el genocida cuestionable del no ser.
jueves, 19 de julio de 2007
Inconmensurable ego
Detrás de mí, tu sombra, que camina por la nada atravesada que hay en mí.
Fecunda el deseo de volver a mi piel, aún tibia y reservada para algún hombre insensato que osara destruirla.
Está el llamado oyéndose, la voz que no llega, el silencio que genera amor en mis mejillas.
Volveré a ti alguna noche impostergable donde decida construir un muro que me separe de mi ego, o que lo sobreestime. Dejarme a mí, para abrazarte. Cualquiera sea la palabra que pudiera yo esbozar…
Qué necios!
Intolerante será esta mujer, que aguarda entusiasmada el momento del adiós.
Fecunda el deseo de volver a mi piel, aún tibia y reservada para algún hombre insensato que osara destruirla.
Está el llamado oyéndose, la voz que no llega, el silencio que genera amor en mis mejillas.
Volveré a ti alguna noche impostergable donde decida construir un muro que me separe de mi ego, o que lo sobreestime. Dejarme a mí, para abrazarte. Cualquiera sea la palabra que pudiera yo esbozar…
Qué necios!
Intolerante será esta mujer, que aguarda entusiasmada el momento del adiós.
miércoles, 18 de julio de 2007
La ausencia del amor
Ahh… el amor! Fatalidad.
La muerte del uno, el nacimiento del dos,singular, particular.
Dos que se eligen, pero que no se funden.
Dos que se saborean pero que no se confunden.
El miedo del otro y la ausencia.
La hora inesperada del adiós para siempre,que lastima, que hiere.
Que mata a un ser, dentro de un ser.
Que muere, mientras el otro supera.
La destrucción de un mundo amalgamado en primavera.
Y el invierno inoportuno se presenta sediento de tos, y de muerte.
Las mentiras terminaron en esa verdad cuestionada que construyó un muro de lamentos.
Los designios del amor culminaron en tristeza.
Una vez más. Otra vez.
La muerte del uno, el nacimiento del dos,singular, particular.
Dos que se eligen, pero que no se funden.
Dos que se saborean pero que no se confunden.
El miedo del otro y la ausencia.
La hora inesperada del adiós para siempre,que lastima, que hiere.
Que mata a un ser, dentro de un ser.
Que muere, mientras el otro supera.
La destrucción de un mundo amalgamado en primavera.
Y el invierno inoportuno se presenta sediento de tos, y de muerte.
Las mentiras terminaron en esa verdad cuestionada que construyó un muro de lamentos.
Los designios del amor culminaron en tristeza.
Una vez más. Otra vez.
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