jueves, 12 de agosto de 2010

Al héroe que le faltaba la heroína que era amiga, cómplice y verdugo de Janis Joplin.

Esa necesidad patológica de insatisfacción
esa voz dañada por la palabra
el jardín supra-terrenal

la mirada hacia el abismo,
la hemorragia,
el verbo

ese andar verborrágico
y esa boca ralentizada,
sustituida
por las viejas huellas
que auguran el camino hacia lo infinito

damos un paso:
hay un héroe

y una voz
y una palabra escrita.

2 comentarios:

Patan dijo...

Es difícil decir algo entre tanta poesía. Pero a veces las voces ajenas reflejan colores conocidos y la carga compartida siempre pesa menos. Una obviedad.
Recuerdo muy claramente al primer "cielo" y el pensar que seria único. Un día cualquiera partió. En ese momento supe que no habría otro, pero ese otro llego y fue tan único como el primero. Para el tercero, tan genuino como los demás, seria injusto decir que no lo fue, descubrí que ese gran amor no era una quimera, era real y se fragmentaba en personas muy distintas. Alguna vez por forzar detrás del desgaste convertí a una persona en obsesión. Distante, en un fetiche convertiase aquel irrepetible amor-pasión.
Sufra, porque no le queda otra, llore mucho, porque desahoga.
En algún momento la búsqueda nuevamente volverá la oruga en mariposa y la luna en cielo.
Usted lo dice bien en sus poemas, el efecto químico, las noches de excesos y pasión y el saber de soledades.
Muy lindo su blog.

Don Julio dijo...

me voló lo que pensaba.
Simplemente.
Hondamente.
De la espera
puede quedar
tan poco a veces.