viernes, 28 de noviembre de 2008

nota al pie

yo no sé de tolerancia
ni de rosas eternas
no sé de aguas
que se funden
confundiéndose
no sé de noches
ni poemas
ni rimas extrañas
yo sólo recuerdo el carmín
y el fulgor
de los ojos enamorados
y recuerdo
a veces
el cariño revestido de placer
yo sé de las ventanas
que reducen paisajes
y sé de lo finito
lo mortal
y lo tosco
pero a veces
confundo el cielo con el hombre
a veces
callo las voces
que me naufragan por dentro
y a veces
grito al entierro
de mi menguada vida

1 comentario:

Prometeo dijo...

El alma me duele por su indulgencia, los helénicos andrajos se confunden y por la ventana de mis ojos entra la luz de la mañana, confundiéndose con vuestro fulgor de color de pergamino.