En los albores de la virtud
sostengo
que la belleza es un vicio
y debe ser practicada sólo por los idiotas,
y moderadamente,
que cuando alguno de ustedes,
bellos e inhóspitos infrahumanos,
vaya a congraciarse frente al sabio
éste se arrancará los ojos
y supurará en sus mejillas
sostengo
que la belleza es un vicio
y debe ser practicada sólo por los idiotas,
y moderadamente,
que cuando alguno de ustedes,
bellos e inhóspitos infrahumanos,
vaya a congraciarse frente al sabio
éste se arrancará los ojos
y supurará en sus mejillas
lo advierto.